domingo, 18 de octubre de 2009

La economía no es independiente de la ecología



Vídeo de Joan Martinez Alier que nos ayudara a comprender la relación entre naturaleza, medio ambiente y sistemas económicos desde la perspectiva e la economía ecología.

Características generales de la Economía Ecológica.


La EE es denominada "la ciencia de la sustentabilidad" por promover la meta del desarrollo sostenible entendida ésta como el mantenimiento en el tiempo de los elementos de la naturaleza que son críticos para la vida y la economía humana en un contexto de equidad intra e intergeneracional.


La EE es pluralista, internamente es heterogénea, no se encasilla en una teoría general dominante, integra elementos de la economía, ecología termodinámica, ética y otras ciencias naturales y sociales para proveer una perspectiva integrada y biofísica de las interacciones que se entretejen entre economía y medio ambiente, con el objeto de contribuir a la solución estructural de los problemas ambientales. (J. Van Den Bergh, 2000).

La EE, utiliza el análisis de sistemas y el uso de indicadores biofísicos como herramientas metodológicas, rechaza los postulados e instrumentos que la teoria económica ortodoxa aplica a la gestión de los recursos naturales y ambientales, se identifica más con los postulados de la economía política y de la economía institucionalista.

Hoy en día la EE es considerada una corriente de pensamiento que constituye una institución de nivel académico, con una sociedad internacional (The International Society for Ecological Economics), varias sociedades regionales (Sociedade Brasileira de Economía Ecológica, Société Européenne pour L'Economie Ecologique, Asociación Argentina - Uruguaya de Economía Ecológica); un journal académico (Ecological Economics) y varios libros y artículos que han aparecido para ofrecer la variedad de perspectivas que se plantean desde la EE.

La EE ha logrado un gran desarrollo teórico a partir del cual se analizan los problemas ambientales y se sustentan las criticas a la economía ambiental, sin embargo, aún no logra operativizar los conceptos; debido, entre otras cosas, a las restricciones de calidad y cantidad de información relacionada con: inventarios sobre dotaciones de recursos naturales, información sobre el comportamiento de los sistemas biológicos, sobre los residuos generados, detallando la forma en que se acumulan dispersan o reciclan, modelos de flujos físicos de los sistemas utilizadores y sus respectivas conexiones con la información relativa a sus contrapartidas monetarias.

Referencias Bibliográficas

Van den Bergh. 2000. Ecological Economics: themes, approaches, and differences with environmental Economics. Institute Tinbergen. Papers Discusión. Departamento of Spatial Economics.

Robert Costanza,1996 Ecological Economics: Reintegrating the study of humans and nature. Rev. Ecological Economics. 6 (4) pp. 978-900.

Robert Costanza,1991. Ecological Economics: the Science and Management of Sustainability, Nueva York, Columbia University Press.

*Profesora Asistente. Instituto de Estudios Ambientales IDEA-U.N. Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá.

Economía Ecológica (EE) y Economía Ambiental (EA) puntos de diferencia.

Entre estas dos disciplinas existen marcadas diferencias en el enfoque teórico, en los instrumentos y metodologías utilizadas para abordar el estudio y mitigación de los problemas ambientales.

El Objeto de estudio : A partir del análisis que hace J. M. Naredo en el libro "La economía en evolución" (1987), se observa que ambos enfoques económicos afirman ocuparse de la gestión de lo que es útil y escaso. La EE considera que toda la biosfera y los recursos pueden ser útiles y escasos, mientras la economía estándar se ocupa de aquello que siendo de utilidad directa para los hombres, resulta además apropiable, valorable y producible. La EE concibe lo económico como una extensión de lo biofísico y afirma que la especie humana no escapa a las leyes físico-químicas restringidas a las leyes de la termodinámica.

El funcionamiento del Sistema Económico : Desde la perspectiva de la EE el proceso de producción económica debe representarse como un sistemas abierto y dependiente de la energía y materiales que intercambia con el medio ambiente, al igual que los procesos vitales, en sus diversos niveles de agregación (célula, organismo, ecosistema, biosfera), este sistema de representación del proceso económico se caracteriza por su desequilibrio permanente y su irreversibilidad con respecto al tiempo. Para la economía ambiental el sistema económico es un circuito cerrado y permanentemente equilibrado donde los productores de mercancía y los consumidores están coordinados por los mercados, los mercados determinan los precios que guían sus decisiones, con los precios a la producción se le infunde valor y este se extinguen cuando desaparece su valor mediante el consumo. Este proceso de valoración recae sobre una parte del proceso físico antes mencionado.

El énfasis en la valoración económica : La economía ambiental hace énfasis en la importancia de la valoración económica, la asignación de derechos de propiedad y la incorporación de mecanismos de mercado en la regulación y gestión de los bienes públicos o "libres" que integran e medio ambiente. Estos valores teóricos están apoyados en el caculo de los "costos de oportunidad", "precios sombra" o "valores de contingencia". Por el contrario, la Economía ecológica, considera que los recursos naturales y el medio ambiente tienen valor independientemente de que formen parte o no de las preferencias o necesidades de la especie humana y se preocupa en primer lugar por la naturaleza física de los bienes a gestionar y la lógica de los sistemas que los envuelven, considerando desde la escasez objetiva y la renovabilidad de los recursos empleados, hasta la nocividad y el posible reciclaje de los residuos generados. (J. M. Naredo. 1992)

El análisis de las externalidades : La economía ambiental sustenta el análisis del problema de la contaminación ambiental en la teoria de las externalidades (negativas) o de los costos externos; desde este enfoque se considera que la degradación ambiental y la sobreexplotación de los recursos son efectos de las fallas del mercado. Los mercados fallan cuando no logran hacer una asignación eficiente de los recursos escasos, una externalidad negativa se da cuando las actividades de producción o consumo de los agentes económicos provocan la perdida de bienestar a otros agentes, sin que estos últimos sean debidamente compensados. Esto implica que el problema ambiental así planteado es un problema de interacción entre agentes económicos, donde los efectos en la naturaleza y el medio ambiente están descritos implícitamente. En el modelo de la EE las externalidades son consideradas como algo normal inherente a los procesos de producción y de consumo, dentro de este enfoque las relaciones entre la población humana y el medio ambiente, son más explicitas y para describirlas se establecen las relaciones causa - efecto en un contexto de procesos dinámicos con el medio ambiente. En este sentido la EE es más cercana a la economía de los recursos naturales, que a la economía ambiental que en el sentido estricto es conocida como la economía de la contaminación.

El concepto de sostenibilidad : La EE ha sido definida como la "ciencia de la gestión de la sostenibilidad". Robert Constanza afirma que para alcanzar la sostenibilidad global, se necesita dejar de pensar que los objetivos económicos y los ecológicos están en conflicto. Los sistemas económicos dependen de los sistemas ecológicos de soporte a la vida, De tal forma que se debe tratar de desarrollar un campo de estudio que vaya más allá de las disciplinas convencionales de la ecología y la economía, que conduzca hacia una síntesis verdaderamente integral. (Constanza, 1991). Desde la economía ecológica se afirma que la sostenibildad o viabilidad en el tiempo de un sistema está determinada por sus intercambios con el entorno físico y por eso es importante que la economía trate de extender su objeto de reflexión y valoración hacia aquellas partes del proceso físico de la producción que hasta hace poco no eran tenidos en cuenta en sus análisis, una gestión que además de ser económica pretenda ser "sostenible" ha de considerar los estados críticos del sistema que pueden ser derivados tanto de la falta de recursos como del exceso de residuos. El hecho de que la tierra sea un sistema abierto en energía pero cerrado en materiales, unido a que por lo general resulta más fácil convertir energía en materiales que materiales en energía, hace que la gestión de estos en el largo plazo sea el problema económico más delicado tanto desde el punto de vista de los recursos como de los residuos (Naredo et al 1992). En este contexto al trazar las metas de desarrollo sostenible el problema de la escala viene recibiendo mucha atención enfocado hacia la búsqueda de indicadores que determinan la dimensión física de la economía.

La escala y la asignación de los recursos : La economía ambiental apunta a la asignación óptima y al uso eficiente de los recursos escasos. El objetivo es encontrar el nivel óptimo de la externalidad el cual puede ser alcanzado a través del bienestar social óptimo o "Pareto eficiente". Este último definido como una situación en la cual no se puede mejorar la situación de bienestar de un individuo sin desmejorar a otro. La economía ambiental considera los recursos naturales (gas, petróleo, peces, bosque) y la calidad ambiental, servicios ambientales y la naturaleza como recursos escasos sobre los cuales la teoría de la asignación óptima es aplicable.

La Concepción del tiempo : Otro antagonismo importante entre los dos enfoques está relacionado con el tiempo. El tiempo en la economía estándar está regido por el ritmo acelerado de la circulación del capital y la tasa de interés, el tiempo responde al mercado, a las presiones sociales y políticas los cuales funcionan a un ritmo mayor que los procesos ecológicos. El tiempo en economía es el tiempo Newtoniano, absoluto y externo a los procesos, reversible y lineal, es un tiempo cronológico donde la estabilidad y la proximidad al equilibrio son inherentes a la dinámica lineal, sea esta determinística o estadística. El tiempo en la biología y en la ecología es controlado por el ritmo de la naturaleza (el tiempo de crecimiento del coral, de formación de yacimientos de petróleo) lo cual le confiere a los procesos un ritmo inexorable y de carácter irreversible, que se podría denominar un tiempo histórico, que surge cuando los cambios y fluctuaciones aumentan y entonces el modelo lineal se va alejando de ese tiempo externo que inicialmente lo genera, se crean entonces desequilibrios, discontinuidad, cambio y evolución que es lo que implica el tiempo biológico o interno. Aquí cobra relevancia el concepto de co- evolución considerado como el reflejo de la mutua influencia de los sistemas económicos y ambientales que constituyen un único desarrollo histórico. A partir de esta concepción surge la economía evolucionaria, caracterizada por los conceptos de la senda de dependencia, accidentes históricos e irreversibilidad en los cambios. Senda de dependencia implica la posibilidad de que tecnologías inferiores pueden llegar a ser dominantes como el resultado de eventos históricos imprevisibles en combinación con economías de escala. Una implicación de la co - evolución es que el mercado no es necesariamente la señal para la selección de tecnologías óptimas, actividades productivas y usos del espacio aunque las señales de precios fueran correctas. La EE considera los sistemas, incluidos los mercados como adaptativos y coincidentes antes que óptimos. (J. Van Der Bergh 2000).

Los criterios para evaluar proyectos y políticas : Para la economía ambiental el criterio dominante en la evaluación de proyectos es la eficiencia (el análisis costo - efectividad), para esta corriente la distribución y la equidad son criterios secundarios. A cambio, la EE se caracteriza por el "principio de precaución" ligado a la sostenibilidad ambiental y también relacionado con la inestabilidad de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y las consideraciones éticas ambientales. Para la economía ecológica la eficiencia es un criterio secundario, la distribución es considerado como el criterio más importante en la evaluación de las políticas.

Los Indicadores de sostenibilidad : La economía ambiental utiliza indicadores monetarios para valorar y evaluar los impactos de la economía sobre el medio ambiente, así como también para evaluar los beneficios de las actividades de conservación, protección, preservación o restauración de los recursos naturales y ambientales. La EE utiliza indicadores físicos, biológicos y energéticos, tales como AHPPN (apropiación humana de producción primaria neta), que mide la cantidad de energía que los productores primarios ponen a disposición de las especies vivientes; el MIPS, que incorpora todos los materiales usados directa e indirectamente en cada unidad de servicio productivo; el EROI que significa retorno energético y trata de medir la eficiencia energética de los procesos de producción y consumo; La "Huella Ecológica" es un indicador de la demanda de recursos de una economía expresada en unidades espaciales.

Diferencias conceptuales y metodológicas entre la Economía Ecológica y la Economía Ambiental

Economía Ecológica

Economía del Medio Ambiente y los R. N.

Utiliza una escala óptima.

Su prioridad es la sostenibilidad

Necesidades completas y distribución equitativa

Desarrollo sostenible, Global y relaciones Norte-Sur

Es pesimista con relación al crecimiento y las Preferencias Individuales

Co-evolución impredecible

Maneja una concepción del tiempo histórico irreversible

Ciencia completa, integral y descriptiva

Es concreta y específica

Utiliza indicadores Físicos y biológicos

Utiliza el análisis de sistemas

Utiliza la evaluación multidimensional

Integra modelos con relaciones causa-efecto.

Utiliza los conceptos de localización óptima y externalidades

Su prioridad es la eficiencia

Bienestar optimo y "eficiencia paretiana"

Crecimiento Sostenible

Es optimista con relación al crecimiento y a las opciones "ganar - ganar"

Optimización determinística y bienestar intertemporal.

Maneja una concepción del tiempo cronológico, lineal y reversible.

Ciencia monodisciplinaria, parcial y analítica

Es abstracta y general

Utiliza indicadores monetarios

Utiliza la teroria de las externalidades y la valoración económica.

Utiliza el análisis costo-beneficio y costo -efectividad

Aplica modelos de equilibrio general incluyendo costos externos

Fuente: Adaptación cuadro presentado en el artículo "Themes, Approaches, and Differences with Environmental Economics. Escrito por: Jeroen C. J. M. van den Berg. Tinbergen Institute Discusión Paper. University van Ámsterdam and Vrije University Ámsterdam. Año 2000.

Referencias Bibliográficas

Van den Bergh. 2000. Ecological Economics: themes, approaches, and differences with environmental Economics. Institute Tinbergen. Papers Discusión. Departamento of Spatial Economics.

Martinez Alier Joan, 1998. Juan. Curso de Economía Ecológica. Serie de textos básicos para la formación ambiental N° 1. México D.F.

Naredo, Parra.1993. Hacia una ciencia de los recursos naturales. Siglo Veintiuno Editores. Naredo, J. M. Fundamentos de la economía ecológica. Ponencia presentada al IV Congreso Nacional de Economía. Desarrollo y Medio Ambiente. Sevilla. Dic. 1992.

Gómez, G. Luis Jair. 2003. Fundamentos de la economía ecológica: Relaciones de la economía real con la termodinámica y la Ecología. Documento de Trabajo.

¿Cómo afecta la Globalización de los mercados el Medio Ambiente de los países en desarrollo?

Resumen

La globalización de los mercados lleva aun cambio radical de las formas del mercado, de las estructuras económicas inter e intrasectoriales, del tamaño de las empresas, así como de las estructuras de propiedad en el campo empresarial. Igualmente, se generan diferentes exigencias para las empresas y los productos a medida que la competencia internacional se intensifica. La globalización de los mercados también implica forzar una distribución internacional del empleo. A los países en desarrollo se les abren más posibilidades de crecimiento.

¿Son efectos positivos o negativos para el estado ambiental de los países en desarrollo? Los cambios originados por la globalización de los mercados podrían repercutir de manera positiva en el estado del medio ambiente en los países en desarrollo. Sin embargo, un requisito muy importante para que ese sea el resultado, es que no solamente los países desarrollados sino también los países en desarrollo pongan en práctica una política ambiental razonable.

El desarrollo de las ciencias agropecuarias bajo el modelo de Thomas Khun

por Eduardo Requesens
Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN). Facultad de Agronomía, Azul (provincia de Buenos Aires)

Resumen
Thomas Khun visualiza el progreso científico como una sucesión de ciclos recurrentes en los que un determinado paradigma atraviesa por cuatro etapas características: 1) predominio absoluto, 2) puesta en duda, 3) crisis de confianza y 4) reemplazo por otro nuevo paradigma. En el marco de esta visión, es posible analizar el desarrollo de las ciencias agropecuarias en los últimos 50 años a la luz de la evolución de los dos paradigmas que prevalecieron durante este periodo: el paradigma de la revolución verde y más recientemente el paradigma de la agricultura sustentable. En el presente trabajo se describen los principales aspectos de cada uno de ellos y se interpreta la situación actual como un estado de pugna paradigmática cuya transición hacia una nueva etapa de normalidad científica admite al menos tres hipótesis alternativas: a) la continuidad del modelo de la revolución verde, b) su reemplazo por los principios de la agricultura sustentable, y c) la integración de ambos paradigmas.

Title
The development of agricultural sciences under the model of Thomas Khun
Abstract
Thomas Khun conceived the scientific progress as a succession of cycles where a determined paradigma across four characteristic stage: 1) absolute predominance, 2) doubt, 3) crisis of confidence, and 4) substitution by another paradigma. In this context, is possible analyze the development of agricultural sciences along last 50 years through the evolution of two paradigms prevailing during this period: green revolution paradigm and sustainable agriculture paradigm. In the present work, the principal aspects of each paradigm are described. The situation actual is interpreted as a conflict between paradigms whose transition toward a state new of scientific normality admit at least tree alternative hypothesis: a) continuity of green revolution model, b) substitution by principles of sustainable agriculture, and c) integration of both paradigms.

El modelo de Thomas Khun
Para Thomas Khun, destacado filósofo de las ciencias que a principios de los años ’60 editó el libro La estructura de las Revoluciones Científicas, el progreso científico opera a través de ciclos que se reiteran a lo largo de la historia. En cada uno de estos ciclos se suceden cuatro etapas características: 1) la etapa de ciencia normal, 2) la aparición de anomalías y la emergencia de descubrimientos científicos, 3) las crisis y la emergencia de nuevas teorías científicas y 4) la revolución científica como respuesta a las crisis (Khun, 1992).

Durante la etapa de ciencia normal la investigación está basada en una serie de realizaciones científicas previas que la comunidad científica adopta como contexto fundamental para su práctica posterior. Estas realizaciones, de amplio reconocimiento en el mundo científico, proporcionan los modelos de problemas y soluciones a los investigadores y se las denomina “paradigma”. Estos incluyen leyes, teorías, aplicaciones e instrumentaciones, y a partir de ellos se generan tradiciones particulares de investigación científica. Los paradigmas obtienen su status como tales, debido a que tienen más éxito que otras propuestas alternativas para resolver los problemas que la comunidad científica ha detectado como relevantes. Durante la ciencia normal hay un intento de obligar a la naturaleza a que encaje dentro de los límites preestablecidos y relativamente inflexibles que proporciona el paradigma. Los fenómenos que no encajan dentro de esos límites, frecuentemente son negados o descartados. A pesar de estas restricciones, condicionadas por la excesiva confianza en un paradigma, éstos resultan esenciales para el desarrollo de las ciencias. La investigación científica normal va dirigida a la articulación (y profundización) de aquellos fenómenos y teorías que ya proporciona el paradigma, aumentando la precisión y el alcance de su aplicación.

En el transcurso de un periodo de ciencia normal es común que se perciban de anomalías cuando la aparición de ciertos problemas pone en evidencia la incapacidad del paradigma vigente para resolverlo. Así, emergen los nuevos descubrimientos científicos acompañados por una tendencia creciente a la exploración más o menos prolongada en la zona de anomalías. Esto último puede conducir a cambios de las categorías y procedimientos del paradigma, una cuestión que muchas veces es motivo de una fuerte resistencia por parte de la comunidad científica. Esta resistencia es una manera de asegurar que el derrumbe de un paradigma no es tarea sencilla y que solamente en el caso de que las anomalías penetren hasta el fondo de los conocimientos existentes pueden conducir a un cambio de paradigma. Recién cuando una anomalía llega a representar algo más que otro enigma de la ciencia normal, se inicia la transición a la crisis y a la ciencia fuera de lo ordinario.

El surgimiento de nuevas teorías exige la destrucción de paradigmas preexistentes en gran escala y la ocurrencia de cambios importantes en los problemas y las técnicas de la ciencia normal. Por ello, es precedido generalmente por un periodo de inseguridad profesional profunda generada por el fracaso persistente de la ciencia normal para resolver los problemas. El fracaso de las reglas existentes es lo que sirve de preludio para la búsqueda de nuevas reglas. El significado de las crisis es la señal de que ha llegado la ocasión para re-diseñar los instrumentos de la ciencia. Una vez que ha alcanzado el statusde paradigma, una teoría científica se declara inválida sólo cuando se dispone de un candidato alternativo para que ocupe su lugar. La decisión de rechazar un paradigma implica, simultáneamente, la decisión de aceptar otro, y el juicio que conduce a esa decisión involucra la comparación de ambos paradigmas con la naturaleza y entre ellos.

La transición de un paradigma en crisis a otro nuevo del que pueda surgir una nueva tradición de ciencia normal, está lejos de ser un proceso de acumulación, al que se llega por medio de una articulación o una ampliación del antiguo paradigma. Es más bien una reconstrucción del campo, a partir de nuevos fundamentos. Reconstrucción que cambia algunas de las generalizaciones teóricas más elementales del campo, así como también muchos de los métodos y aplicaciones del paradigma. La reorientación de la ciencia mediante un cambio de paradigma es un proceso que involucra manejar el mismo conjunto de datos anteriores, pero situándolos en un nuevo sistema de relaciones concomitantes al ubicarlos en un marco diferente. La transición consiguiente a un nuevo paradigma constituye para Khun una revolución científica. Las revoluciones científicas son consideradas como episodios de desarrollo no acumulativo en a través de los cuales un antiguo paradigma es reemplazado, parcial o completamente, por otro nuevo e incompatible.

El marco histórico de los paradigmas en pugna

Utilizando como modelo la propuesta de Khun, es posible analizar el desarrollo de las ciencias agropecuarias en los últimos 50 años a la luz de la evolución de los dos paradigmas que marcaron el camino durante este periodo: el paradigma de la revolución verde y más recientemente el paradigma de la agricultura sustentable. El surgimiento de la llamada revolución verde como parte de la revolución tecnológica que siguió a la Segunda Guerra Mundial, marcó una etapa de ciencia normal en agronomía, que abarcó aproximadamente las décadas del ’60, ’70 y ’80. En esta última década, los problemas ambientales y socio-económicos derivados de la intensificación agrícola se tornaron notoriamente evidentes, conduciendo a una alarmante acumulación de anomalías. Este fenómeno impulsó el surgimiento de los principios de la agricultura sustentable como alternativa a las prácticas de la revolución verde, iniciando una etapa de revolución científica a la que estamos asistiendo actualmente (figura 1).

De acuerdo al modelo de Kuhn, en los próximos años deberíamos entrar en una nueva etapa de ciencia normal cuyas características dependerán de cómo se resuelva la pugna entre el paradigma de la revolución verde y el paradigma de la agricultura sustentable. Antes de intentar responder a este interrogante es necesario repasar, al menos sintéticamente, los principales aspectos de cada uno de ellos en lo que hace a la investigación, el desarrollo tecnológico y la formación profesional.

Enfoques académico-científicos de la revolución verde y la agricultura sustentable

Durante la etapa de ciencia normal dominada por la revolución verde, los objetivos de la investigación y desarrollo estuvieron orientados hacia la búsqueda de paquetes tecnológicos de aplicación generalizada, destinados a maximizar la producción por unidad de superficie. El principio básico sostiene la necesidad de manipular el ambiente para adecuarlo a cultivares desarrollados en condiciones ideales, de modo tal que éstos puedan expresar todo su potencial de rendimiento. Bajo esta concepción, se promovió el desarrollo de tecnologías de altos insumos y la intensificación productiva como modelo único y universal de producción, sin considerar la heterogeneidad ecológica, cultural y socio-económica del sector agropecuario (Altieri, 1999). Al mismo tiempo, los sistemas de investigación y transferencia tecnológica presentaban una clara separación de objetivos y responsabilidades entre los investigadores que tienen la misión de generar conocimientos y los extensionistas que tienen la misión de transferirlos. El aislamiento de los centros de investigación y desarrollo tecnológico del contexto cultural y socioeconómico del sector agroproductivo hizo fracasar con mucha frecuencia la adopción de las propuestas tecnológicas surgidas en los mismos.

La influencia de la revolución verde en la formación agronómica estuvo apoyada en el racionalismo científico moderno, según el cual, para comprender y conocer los problemas complejos hay que reducirlos a sus partes más simples (Sarandón, 2002). Supone que a partir del análisis individual de cada una de las partes, podrá llegarse luego a la comprensión del todo. En este contexto, la formación profesional se orientó fundamentalmente hacia la agricultura intensiva, altamente dependiente de capital y tecnología de insumos y enfocada al análisis de los componentes individuales por separado: suelo, cultivar, maleza, plaga, nutriente, etc. (Sarandón, 2002). Acorde a este modelo, durante mucho tiempo los planes de estudio estuvieron conformados por numerosas materias inconexas y dictadas por cátedras individuales. Hubo ausencia de instancias de integración efectivas para el análisis de problemas complejos, los cuales desbordan frecuentemente los “nichos” disciplinarios. El perfil profesional, netamente productivista, asociaba el éxito en la profesión casi exclusivamente a la obtención de altos niveles de rendimiento a través de la intensificación de los procesos productivos.

Con el advenimiento de las propuestas difundidas bajo la denominación de agricultura sustentable, los objetivos de la investigación y desarrollo comenzaron a orientarse hacia los procesos e interacciones entre los componentes del sistema, cuyo manejo está subordinado al reconocimiento de las particularidades ecológicas, culturales y socio-económicas de cada región y sistema productivo. La idea subyacente es que, en muchos casos, las tecnologías de insumos pueden ser reemplazadas por tecnologías de procesos y los paquetes tecnológicos universales por estrategias adaptadas a situaciones particulares. Desde esta perspectiva, la tecnificación del agro no siempre es sinónimo de fuertes subsidios energéticos provenientes desde afuera del sistema bajo la forma de insumos y equipos de alta productividad y, por lo tanto, no siempre es sinónimo de grandes inversiones. Las tecnologías de procesos requieren mucho menos inversiones de capital, aunque mucho más conocimiento acerca de la estructura y funcionamiento del agroecosistema. Es por ello que la generación y transferencia de conocimientos deben ser considerados como partes inseparables de un proceso único. Bajo esta concepción, los investigadores, extensionistas y productores deben participar conjuntamente en las instancias de validación tecnológica a través de la experimentación adaptativa.

La formación agronómica está orientada hacia una agricultura que combina el respeto por los límites que impone el medio ambiente con los legítimos intereses socio-económicos del productor agropecuario. Para ello, el perfil profesional debe incluir un mayor compromiso con la preservación de la base ecológica que sustenta a los sistemas productivos. El enfoque reduccionista de componentes individuales requiere ser complementado con un mayor desarrollo del enfoque sistémico, a fin de que el nuevo profesional pueda ser capaz de interpretar y manejar las interacciones entre ellos y orientar los flujos de materia y energía para optimizar la eficiencia ecológica del agroecosistema. La formación profesional basada en estos principios sólo es posible si desde los núcleos académicos (cátedras, áreas o departamentos) se proyectan instancias de integración frecuentes y efectivas para el análisis de problemas complejos. Esto exige un salto a planos interdisciplinarios, sin que ello signifique una pérdida de identidad disciplinaria. En este contexto, la ecología como ciencia básica, debe seguir aportando el sustento conceptual fundamental de la agricultura sustentable, pero ahora orientando sus teorías y métodos hacia una mayor comprensión de la problemática agroecológica.

Escenarios futuros

A partir de los supuestos previamente presentados, los cuales asumen la existencia de dos paradigmas en pugna, la transición hacia una nueva etapa de ciencia normal admite al menos tres hipótesis básicas, las cuales se exponen esquemáticamente en la figura 2.

La hipótesis 1 anticipa la persistencia de la vigencia del paradigma de la Revolución Verde, mientras que los principios de la Agricultura Sustentable tienden a desaparecer sin lograr imponerse como paradigma de reemplazo. A pesar de las anomalías de la Revolución Verde, esta hipótesis cuenta a favor con la fortaleza de la economía de mercado y del principio de la sustitución de recursos naturales por capital (Tisdell, 1997). Este principio, promulgado inicialmente por Simon (1981) asume que el ingenio del hombre para desarrollar tecnología puede compensar la declinación de los recursos naturales y expandir de manera ilimitada la capacidad de sustentación de la vida humana sobre el planeta.

La hipótesis 2 plantea un proceso contrario al anterior, donde se produce efectivamente un completo reemplazo de paradigmas que debería conducir a una nueva etapa de ciencia normal dominada exclusivamente por los principios de la Agricultura Sustentable. El cumplimiento de esta hipótesis es probable en la medida que la concientización ambiental de las sociedades humanas promueva un giro sustancial en el modelo económico imperante. Frente al modelo neo-clásico, la economía ecológica sostiene que el agotamiento de los recursos naturales es irreversible y que la sustitución tecnológica sólo puede compensar en parte la pérdida de capacidad del planeta para sostener de supervivencia y desarrollo de las sociedades futuras (Cleveland y Ruth, 1997).

A pesar de las bondades del ecodesarrollo, es difícil pronosticar un vuelco absoluto de la economía tradicional a la economía ecológica. Es por ello que, una alternativa más realista está representada por la hipótesis 3. Esta plantea una solución de compromiso, asumiendo que existen aspectos valiosos de la Revolución Verde que podrían rescatarse en el marco de la Agricultura Sustentable. Así, por ejemplo, los planteos en base a cultivares de alto potencial de rendimiento apoyados con herbicidas y fertilizantes podrían seguir utilizándose siempre y cuando estén enmarcados en un plan de rotaciones que permita recuperar la salud físico-química del suelo. Los plaguicidas sintéticos también podrían mantenerse si son utilizados con un sentido estratégico en esquemas de manejo integrado de plagas, sustentados en el conocimiento de la dinámica poblacional de estas últimas y del funcionamiento global del agroecosistema.

En líneas generales, la articulación entre ambos paradigmas podría darse de la manera que se propone en la figura 3. Según este modelo, los principios de la Agricultura Sustentable conformaran la base de una estrategia de desarrollo que atraviesa los diferentes niveles de la jerarquía de los sistemas agropecuarios. Cada uno de estos niveles posee propiedades emergentes (Hart, 1985) y su planificación basada en los principios de la Agricultura Sustentable conforma una matriz científico-tecnológica y filosófica donde podrán insertarse aquellas prácticas de la Revolución Verde que, aplicadas en este marco, no comprometerían la base ecológica que sostiene la producción agropecuaria.

Bibliografía
ALTIERI, M. 1999. Agricultura tradicional y la conservación de la biodiversidad. En: Matteucci, Solbrig, Morello y Halffter (eds.). Biodiversidad y uso de la tierra. Conceptos y ejemplos de Latinoamérica. Cap 5: 71-83. EUDEBA, Col. C.E.A. 24.

CLEVELAND, C.J. and M. RUTH. 1997. When, where and by how much do biophysical limits constrain the economic process? A survey of Nicholas Georgescu-Roegen’s contribution to ecological economics. Ecological Economics 22: 203-223.

HART, R.D. 1985. Conceptos básicos sobre agroecosistemas. Serie Materiales de Enseñanza Nº 1. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza. Turrialba, Costa Rica.

KHUN, T.S. 1992. La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica, México.

SARANDÓN, S. (ed.). 2002. Agroecología. El camino hacia una agricultura sustentable. Ediciones Científicas Americanas. La Plata.

SIMON, J. 1981. The ultimate resource. Princeton University Press, New York.

TISDELL, C. 1997. Capital/natural resource substitution: the debate of Georgescu-Roegen (through Daly) with Solow/Stiglitz. Ecological Economics 32: 289-291.